jueves, 21 de mayo de 2009

Silencios que hablan


Así lleva por título un reportaje que publicó el diario Información hace unos meses. En él, se habla de la importantísima labor que está llevando a cabo la Biblioteca de Signos de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, que es la primera biblioteca de signos del mundo. Sorprendentemente, no son muchas las personas que sacan adelante este proyecto: ¡sólo cinco personas! Y entra esas cinco personas se encuentra nuestra profe Inma, cuya función es fundamental, ya que es nada más y nada menos ¡la signante!
La expresión cultural de una lengua es la literatura, por eso la Biblioteca de Signos incluye un espacio dedicado a ella, en la que podemos encontrar desde poemas, hasta cuentos para los más pequeños. Por supuesto, todo signado.
Como he dicho antes, Inma es la base para que este proyecto funcione y se tiene que involucrar con cada texto que tiene que adaptar a la lengua de signos y, más aún, si se trata de una poesía.
Todos sabemos que los poemas en una lengua oral, requieren una entonación y un ritmo diferentes; pues, ocurre lo mismo al interpretar un poema a la lengua de signos. Además, como ya vimos la semana pasada, los colores son muy importantes. Por eso, Inma va vestida de negro en los vídeos en los que interpreta poesía y tras un fondo del mismo color, para centrar toda la atención en sus manos y en sus gestos. Estos colores tan sobrios contrastan con el decorado más colorido para los cuentos infantiles. Comprobadlo vosotros mismos: aquí os dejo un
poema de Bécquer y el cuento de Caperucita Roja que seguro que a todos de pequeños nos lo han contado más de una y dos veces, ¿verdad?. Al ver ambos vídeos, he reconocido más signos de los que me esperaba.
El equipo de la Biblioteca de Signos está trabajando en un sistema de traducción automática en colaboración con la spin-off y las primeras pruebas realizadas han sido un éxito, porque las traducciones eliminan el artículo y los verbos copulativos, que en lengua de signos no existen.
En el artículo, aparece un dato que hemos comentado más de una vez en clase, y es el ejemplo de que si juntamos a un oyente español y a un oyente chino, es imposible que se entiendan después de pasar un rato juntos. Sin embargo, si juntamos a un sordo español y a un sordo chino, sí que llegarían a entenderse pasado un rato. ¿Por qué? Pues muy sencillo: primero, y según dice Ángel Herrero en el reportaje, porque es más fácil imitar un signo que un sonido. Y segundo, como hemos visto en clase, hay muchos signos que son icónicos.
El reportaje acaba, destacando el reconocimiento social que ha conseguido, tanto la lengua de signos, como la comunidad sorda, pero no ha sido fácil. Ángel Herrero recuerda que, en 1964, cuando su hermano sordo fue a hacerse el DNI, en el apartado de profesión ponía "subnormal". Hoy en día, ya no se les tacha de subnormales, afortunadamente. Pero, aunque parezca mentira, seguimos encontrando algunos casos de discriminación. Es el caso de una estudiante de enfermería de Almería, a la que su universidad no le facilitó los medios para que pudiera hacer sus prácticas, impidiéndole así, poder terminar la carrera. Por suerte, los tribunales le dieron la razón y la sentencia le reconoce el derecho a poder acabar sus estudios. Aquí tenéis la noticia de la sentencia.
http://www.tecnosord.com/2009/03/31/una-alumna-de-la-universidad-de-almeria-gana-en-los-tribunales-su-derecho-a-finalizar-la-carrera-de-enfermeria/

Es increíble que hoy en día sigan pasando estas cosas ¿no? Menos mal que en esta ocasión ha ganado la justicia.

Bueno, con un final feliz, me despido de vosotros hasta la próxima entrada.
¡Ah! Se me olvidada dejaros el link del reportaje Silencios que hablan.

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