miércoles, 27 de mayo de 2009

Hoy nos vamos de...¡¡¡KARAOKE!!!

Sí, habéis leído bien. Pero que no cunda el pánico, no nos hace falta un Singstar, ni es necesario que os toméis miel para aclarar vuestras voces, ya que, en esta ocasión, da lo mismo si cantáis bien o mal. Yo diría más bien, que tendríais que calentar vuestros dedos y manos. Sé lo que os estaréis pensando ahora mismo. "Un karaoke en el que no importe cómo cantas? ¿y eso cómo se come?". Pues es que, no es un karaoke en una lengua oral, sino que se trata de un karaoke en Lengua de Signos, tanto española como catalana.
Gracias a una compañera nuestra, que ha buscado por Youtube, ahora conocemos un buen puñado de canciones. ¿Estáis preparados? Pues, ¡música maestro!

¿Qué tal ha ido? ¿Habéis intentado “cantarlas”? Yo sí que lo he intentado con alguna que otra. ¿Cuál os ha gustado más? A mi la de Chiquilla en LSE y la de Ave María en LSC, pero la verdad es que ninguna tiene desperdicio. Sobre todo, de Chiquilla, me ha hecho muchísima gracia el signo que le han puesto a la chiquilla en cuestión.
Supongo, que algún signo que otro, se os habrá escapado. No os preocupéis que a mi también, y más de uno. Eso es porque, a diferencia de lo que se ha pensado toda la vida, la lengua de signos no es mímica. Es decir, que la mayoría de los signos no son icónicos, sino arbitrarios. No os preocupéis, que ahora lo explico mejor.
Existen dos tipos de signos: los icónicos y los arbitrarios.
Los icónicos son una representación espacial y simultánea que implica la percepción de los signos visuales. Dentro de los signos icónicos, encontramos dos subgrupos:

  • Los signos icónicos quinésicos: son los que reproducen la forma, el movimiento o una relación espacial. En cierta manera, parecen aquello que representan. Un ejemplo de signo quinésico, es casa, que representa el típico tejado de las casas.

Otro, es el de mujer, que consiste en que los dedos índice y corazón cogen el lóbulo de la oreja, imitando así, la costumbre que tenemos las chicas de llevar pendientes.



Pero, sin duda alguna, el signo icónico que más me ha llamado la atención es el de hijo: las manos se colocan a la altura de las caderas y empujan hacia afuera, simulando así, el momento del parto. No sé si ha quedado claro, porque en ocasiones, cuesta mucho explicar cómo se hace algún signo en concreto. Lo entenderíais mejor si lo vierais, porque ya se sabe que una imagen vale más que mil palabras. Pero, desgraciadamente, no he podido encontrar ninguna imagen para esta palabra :( .

  • Los signos icónicos deícticos: Se llaman así porque realizan un señalamiento personal, temporal o espacial. En el caso de la deixis personal, simplemente hay que señalar a la persona a la que se quiere referir el interlocutor, por tanto esta clase de deixis no está gramaticalizada.Tampoco lo está, la deixis temporal, ya que para expresar el tiempo, simplemente, se toma como referencia el cuerpo del interlocutor. El presente se considera un tiempo implícito, es decir, que los signos que se hagan en ese momento, se sobreentienden como algo ocurrido en el presente. Mientras que, el pasado se señala con un movimiento hacia atrás y el futuro hacia adelante. Esto lo vimos, en una de las primeras clases, cuando que aprendimos que en LSE, hay dos cuándos: uno para referirse al pasado y otro para el futuro.


Existen también otra clase de deícticos icónicos, aunque no son muchos. Se trata de aquellos signos que señalan algo concreto. Un ejemplo son las partes del cuerpo, como los ojos, la nariz, el pelo o la boca…

Llegamos ahora a los signos arbitrarios, que al contrario de lo que piensan algunos, son los más numerosos. Estos signos no representan nada y no pueden ser comprendidos por personas que no hayan aprendido la lengua. Por ejemplo, si no hubiera estudiado LSE, yo nunca habría podido imaginar que los signos de profesor, alumno, de los colores, de algunos pueblos y ciudades, realmente significaran lo que significan. Y… sí, ya he terminado por hoy que ya está bien, que me he enrollado muchísimo (para variar un poco), así que os dejo para que os vayáis a cantar

¡Nos vemos!

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